A partir del 29 de junio entrará en vigor la conocida como Ley antiSPAM enfocada a protegernos de las llamadas comerciales que resultan tan molestas. ¿Pero cómo me afecta esta ley si tengo una empresa pequeña y necesito hablar con mi cliente?
Si mi negocio no está en Internet, ¿incumplo la Ley antiSPAM al llamar a un cliente?
Es la Ley General de Telecomunicaciones en la que en su última reforma añade un nuevo párrafo al artículo 66. En él se dice:
"Con el fin de proteger en mayor medida los intereses legítimos de los consumidores y usuarios, queda prohibida la realización, por parte de los operadores, de llamadas telefónicas no solicitadas por el consumidor y/o usuario con el objetivo o efecto de promocionar o vender bienes o servicios. No será de aplicación la restricción anterior siempre y cuando exista un consentimiento previo del propio consumidor y/o usuario para recibir comunicaciones comerciales que habilite al propio.”
Es decir, las empresas deben contar con nuestro consentimiento previo para realizar una llamada de este tipo. Y es aquí donde está tu duda. Tienes una negocio físico y no sabes cómo recabar ese consentimiento por parte de tu cliente a la hora de recibir una llamada desde tu pequeña o mediana empresa.
¿Es posible 'saltarse' esta ley de manera legal?
Llama la atención que en la Ley antiSPAM haya una excepción: recibiremos llamadas sin previo aviso si su realización es imprescindible para los intereses vitales del ciudadano, o si se puede argumentar que la llamada es de interés público.
Otra de las 'ranuras' por las que falla la ley es la del consentimiento: La normativa apunta que no se podrán recibir llamadas sin consentimiento previo. Sin embargo, una empresa dispone de alternativas para conseguir este consentimiento.
Volvamos a la pequeña empresa e incluso a una grande. El envío de un correo o una compra. Es en la letra pequeña donde aceptamos los términos y condiciones, donde puede esconderse que sí aceptamos recibir llamadas comerciales.
Todo tiene dos caras y en este caso, pensamos en lo molestas que son las llamadas por parte de las grandes operadoras, ¿pero qué ocurre si detrás de una hay un pequeño negocio? En todo caso, la nueva ley no prohíbe que nos llamen, sino que lo hagan sin nuestra aprobación.