Dime cómo vendes y te diré quien eres, escribía hace tiempo en este blog. Hace unos días, de nuevo, un comercial de una conocida cadena de tiendas, a la que no pienso volver jamás, me decía que “la garantía del ordenador es de tan sólo 6 meses ó 1 año por ley y el responsable es el fabricante, no el vendedor”. A continuación, me ofrecía un seguro para el equipo por 3 años, con un elevado coste y que, según él, cubría las posibles averías que pudiera sufrir en ese período.
Pobre argumento de venta es el de decir que los fabricantes no responden y que el vendedor no tiene ninguna responsabilidad. Viendo como son los de esa tienda no me extraña que me encuentre (vía Menéame) con este blog protesta abierto por un consumidor que se siente estafado, al ver que no le reparan un ordenador portátil averiado dentro del plazo legal establecido por la garantía. Se trata de otro caso más de un usuario que, impotente ante el abuso que cree estar sufriendo (no me corresponde a mi decir si tiene razón o no), utiliza la red para expresar su opinión y hacer ruido.
Si el caso alcanza una gran repercusión, seguramente le haga perder algunas ventas al fabricante o al vendedor y le haga algo de daño a la marca durante algún tiempo, aunque es muy difícil conocer el alcance real. Aún así, en mi opinión, ante estos casos en los que no responden lo mejor es denunciar en consumo. Así la otra parte nos hará caso y ya veremos qué dice en un arbitraje o en un juzgado. Sí, son procesos tediosos, pero no queda más remedio cuando la otra parte no atiende a razones, mejor dicho, leyes.
Para mi, el mayor problema a la hora aclarar la responsabilidad de una avería y ver quien tiene que hacerse cargo, es la ambigüedad y la complejidad de la Ley General para la Defensa de los Consumidores y Usuarios (Texto completo) en los apartados que se refieren a las garantías, así como el desconocimiento de los consumidores. Ambigüedad y complejidad que aprovechan algunos vendedores y fabricantes nada profesionales, para ahorrarse unos cuantos eurillos a costa del consumidor. También hay consumidores caraduras, que se aprovechan y tratan de colar averías provocadas por ellos mismos y que no son defectos de fabricación.
El trato en el tema de las garantías que me dieron hace un mes en la conocida cadena informática, comparado con el excelente trato recibido en otra famosa cadena de grandes almacenes, me inclinó a comprar en la segunda. Es una cuestión de confianza, para el consumidor, no sólo en la marca del aparato, sino en el vendedor y su respuesta ante posibles problemas. Como dijo un buen amigo que me acompañaba en ese momento: “Si hay que pleitear antes de comprar, pues no se compra aquí y listo”. Y así fue. Como ilustra la foto de esta entrada, sólo le faltó sacar una pistola y apuntarnos ¿Le hacemos esto nosotros a nuetros clientes?
Para los que queráis repasar o saber algo más sobre garantías, es lectura obligada la Ley General para la Defensa de los Consumidores y Usuarios (Texto completo). También os recomiendo este interesante análisis para el caso de los equipos informáticos.