La aprobación definitiva de las reforma fiscal supondrá una modificación de las retenciones que se aplican a los administradores y consejeros de las sociedades mercantiles. Esta medida va en la línea de la rebaja a aplicar por los autónomos que realizan actividades profesionales.
Cuando se apruebe el nuevo Proyecto de Ley de IRPF, en aquellas empresas con una facturación inferior a 100.000 euros, la retención a aplicar será del 20% para el ejercicio 2015 y del 19% en 2016. En cuanto al resto de administradores y miembros de Consejos de Administración tendrán una retención del 37% en 2015 y del 35% en 2016.
Actualmente el porcentaje de retención que se aplica es del 42%, un tipo excesivamente elevado teniendo en cuenta que no se tienen en cuenta ni las condiciones de la empresa ni el importe de la retribución, lo que lleva a situaciones en las que el desequilibrio entre el salario bruto y el neto de empresas pequeñas es más que notable y supone o un esfuerzo evidente para la empresa, que tiene que establecer una retribución alta al administrador o bien un perjuicio para éste, que tiene que conformarse con un salario liquido muy pequeño y luego esperar a que Hacienda le devuelva el resto en su IRPF.
Lo cierto es que la medida es positiva pero lo sería mucho más si se equiparara el sistema de cálculo de la retención al que se usa con el resto de trabajadores, atendiendo al importe de las percepciones y a la situación familiar y no a los niveles de ingresos de la empresa. Además es discutible por qué se fija el nivel de ingresos de la sociedad en los 100.000 euros para aplicar el tipo reducido. Aún así también es interesante la rebaja del tipo general del 42% al 35% final.
Falta la aprobación parlamentaria de ésta y del resto de medidas que contiene la reforma fiscal, que se espera para el próximo mes de septiembre. Siempre teniendo en cuenta que, salvo sorpresa, todas ellas entrarán en vigor, como mínimo, el próximo año.
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