La denuncia Tributaria es un procedimiento que genera cierta reticencia ante la posibilidad de que el denunciado pueda saber de quién parte y tomar algún tipo de represalia. La Agencia Tributaria, a fin de incrementar su recaudación, intenta acercar el procedimiento al ciudadano a través de la denuncia electrónica.
El procedimiento es muy sencillo, aunque no anónimo. En la página de la aeat hay una pestaña donde podemos pinchar para realizar el trámite por vía telemática.
Al pinchar se inicia un formulario que nos va pidiendo datos: nombre y NIF del denunciante, datos del denunciado y motivo de la denuncia. Es conveniente aportar documentación en la que se funden los motivos que argumentamos. Si la Agencia Tributaria considera que existen indicios de actuación incorrecta o fraudulenta, dará inicio a las actuaciones de comprobación. De lo contrario, la denuncia no se tendrá en cuenta.
La identidad del denunciante no se revelará en ningún momento al denunciado. De iniciarse un expediente de inspección, el denunciante no tendrá derecho a recibir información sobre el desarrollo del mismo ni sobre su resolución. La actuación inspectora requerirá al denunciado la documentación que estime oportuna para comprobar la veracidad de los hechos de los que ha tenido constancia. Si la denuncia se archiva, el que la promueve no podrá recurrir.
Presentar una denuncia en Hacienda es sumamente sencillo. Lo más difícil es aportar pruebas de los hechos, pues eso supone tener acceso a documentación ajena y eso no está en manos de todos. Muchas denuncias se presentan por parte de empleados disconformes con su situación laboral. Si hablamos de personal administrativo, no sería raro que tuvieran acceso a información fehaciente de materia fiscal de que muchas veces estaría a su propio cargo.
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