Cuando una empresa quiere realizar una comunicación comercial a un cliente tiene que requerir el consentimiento previo del mismo para cumplir con la LOPD. Muchas empresas tienen perfiles y páginas en las redes sociales que utilizan precisamente para este fin, con los usuarios que les siguen. ¿Pero qué ocurre en el caso contrario, cuando es la empresa la que decide seguir a un usuario? ¿Cómo afecta a la LOPD?
Hablamos del caso que en nuestra página de empresa estamos introduciendo ofertas comerciales de servicios o productos, desde la imagen de cabecera de la propia página, además de las comunicaciones que hacemos. Esto ocurre especialmente en Twitter y otras redes sociales que tienen un comportamiento similar, cuando seguimos a un usuario, se notifica al mismo que esta empresa existe, por lo que si entra en nuestro perfil púbico ya se está efectuando esta comunicación comercial.
La cuestión es bastante peliaguda ya que es prácticamente imposible informar al usuario sin realizar un tratamiento de datos o comunicaciones previas. Se trata de una cuestión que en parte es propia de las redes sociales, pensadas para compartir no para respetar la privacidad de los usuarios y consumidores.
De esta forma si una empresa me sigue en Instagram, ya me está informando que existe, al ver su perfil veo las comunicaciones o fotos promocionales de sus productos. Además, aparecemos en sus listas públicas de seguidos, sin que hayamos dado el consentimiento para ello.
Hay prácticas mucho más invasivas que estas para la privacidad de los usuarios, fundamentalmente a través del correo electrónico, donde muchas empresas envían comunicaciones, pero no siempre han recogido este consentimiento previo de los usuarios o no está registrado el fichero de datos personales ante la AEDP.
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