Una de las fórmulas que tienen las empresas cuando un empleado no está realizando adecuadamente sus tareas y a pesar de las advertencias verbales no cambia en su actitud es realizar una sanción por escrito. En este caso, el empleado puede negarse a firmar una sanción disciplinaria. Pero, ¿qué consecuencias tiene ante un futuro despido?
La entrega de una sanción por escrito es obligatoria en el caso de las sanciones graves o muy graves. La realidad es que los empresarios suelen hacerlo también con las leves, dado que es la forma más sencilla de probar después que el empleado ha sido sancionado.
No firmar la sanción, las consecuencias ante un despido
La realidad es que no firmar la sanción no sirve de nada. La empresa puede buscar testigos que firmen para que quede constancia de que se ha intentado la entrega, pero el trabajador se ha negado. Después podría enviar dicha sanción por burofax y habría cumplido con todos los requisitos legales de intento de entrega, incluso aunque el empleado no recoja dicho burofax.
La táctica del avestruz negándonos a firmar no sirve de nada, es más, juega en contra del trabajador
Lo más correcto sería firmar la sanción, pero indicando no conforme. De esta manera queda acreditado que el empleado no está de acuerdo con la sanción y tiene opción a recurrirla o impugnarla.
Es importante comprobar todos los datos, como la fecha de entrega, fecha en la que ocurre el hecho por el que se nos sanciona y quedarse una copia de la sanción para poder recurrir. En función del convenio colectivo en el que se encuentre, la empresa está obligada a dar la oportunidad al trabajador de explicar los hechos por los que se le sanciona y en función de estas alegaciones se sanciona o no.
Cómo reclamar una sanción disciplinaria
Si no estamos de acuerdo con la sanción disciplinaria es necesario en un primer momento presentar una papeleta de conciliación, ante el tribunal de arbitraje que corresponda. Si aquí no se llega a un acuerdo se puede recurrir a una demanda en los Juzgados de lo Social.
Si no estamos de acuerdo es importante impugnar la sanción para que no existan antecedentes en nuestro expediente, puesto que de otra manera en el futuro se podría utilizar para argumentar un posible despido disciplinario, que no tiene indemnización asociada.
Por último, si por cualquier motivo el juez revoca la sanción y por ejemplo, era de suspensión de empleo y sueldo, la empresa tendrá que pagar esos días, pero el trabajador no tendrá que recuperar esos días no trabajados.