Ya que muy poco para que la mayoría de los trabajadores y trabajadores disfruten de sus merecidas vacaciones, unas semanas de ocio y descanso que suponen un necesario paréntesis que nos permitirá reflexionar sobre algunas cuestiones personales y profesionales.
Este período vacaciones cuenta con la ventaja de que nos permite reflexionar sin la tensión del día a día, sin prisas, y con una perspectiva más de largo plazo que en cualquier otra ocasión.
Existen dos tipos de reflexiones, por un lado las que tienen que ver con el desempeño de nuestra carrera profesional, y otra, las que tienen que ver con nuestros planes de futuro. Y sobre esta última, tengo la percepción de que muchos deciden emprender nuevos proyectos, olvidando que fuera del período de vacaciones nuestra disponibilidad de tiempo es mucho menor.
Por tanto, lo más razonable sería reflexionar sobre si nuestros planes están saliendo de acuerdo a nuestras expectativas, analizar nuestros posibles errores, sopesar alternativas, y valorar que realizar un esfuerzo o afrontar una nueva dedicación supondrá una inversión de tiempo y esfuerzo, que irremediablemente deberemos detraer de otros menesteres.
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