Los problemas en el entorno profesional tienden a ser recurrentes y se reiteran en el tiempo una y otra vez.
Lo que es anécdota no es problemático, sin embargo, aquello que con más o menos recurrencia se repite, sí que lo es.
Tener una discrepancia puntual con un compañero no entra en nuestro concepto de problema, sin embargo, si esta circunstancia es la tónica de nuestra relación, entonces, es para nosotros un problema.
La próxima vez que te encuentres en un entorno de trabajo nocivo donde alguien está haciendo lo mismo que de costumbre, prueba algo diferente: improvisa. Rompe la rutina.
Si, por ejemplo, un empleado llega crónicamente tarde a las reuniones, en lugar de evidenciar esta conducta, prueba a poner en valor todo lo que está haciendo bien.
Estas acciones de impacto que salen del escenario establecido suelen proporcionar buenos resultados porque al introducir una dinámica desconocida, estamos animando a la otra parte a responder de manera diferente.
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