Leyendo las últimas entradas de El Blog Salmón, me he encontrado una escrita por nuestro compañero Ángel Medinilla, que me ha parecido especialmente interesante porque trata el tema de la jornada laboral, uno de los dolores de cabeza de algunas empresas y sus empleados. Encajar los intereses de la empresa y de los trabajadores en lo referente a la jornada laboral suele ser complicado, en mi opinión, porque muchas empresas enfocan el problema desde el punto de vista de las horas trabajadas y no desde el de la productividad, que relaciona el tiempo con el resultado. Yo también soy de los que opina que es una cuestión de productividad y no sólo de horas. No por estar más horas vamos a obtener mejores resultados, es más, cuando nos pasamos un excesivo número de horas en la oficina, al final acabamos rindiendo menos. En mi caso, prefiero la jornada intensiva, porque rindo mucho más que en la jornada partida. La parada del mediodía para comer para mí es matadora y por la tarde me cuesta horrores seguir al mismo ritmo que por la mañana, al dejar la oficina (y no es porque le pegue al vino, no va a ser que alguien piense mal...).
Una de las ventajas más importantes de la jornada continua es que nos permite hacer más cosas a lo largo del día, además de trabajar: Deporte, recados, descansar, estudiar,... es cuestión de proponérselo ¿No es esto una gran ventaja para la empresa (y para los trabajadores)? Mayor satisfacción de los empleados (que llegan más frescos a trabajar y pueden ofrecer nivel de desempeño mayor), personas mejor formadas, más sanas, conciliación del trabajo con la vida familiar,... y muchas otras ventajas que te puedas imaginar.
Como dice Ángel, al final es una cuestión de cultura, ganas, voluntad por todas las partes, confianza y compromiso, frase con la que estoy totalmente de acuerdo. Cada empresa deberían buscar su fórmula y aplicarla con sentido común: Jornada intensiva, algunas horas de teletrabajo (se puede hacer mucho con una simple conexión a internet en casa),... Al final, creo que saldrán ganando las 2 partes (y mucho).
Vía | El Blog Salmón
Foto | PPDIGITAL en Flickr