No sé si a vosotros os pasa. A mi con bastante frecuencia. Y es que mientras paseo, voy en coche, etc, no puedo evitar fijarme en lo que me rodea desde un punto de vista empresarial: ¿será un buen cliente?, ¿esa empresa es nueva?, cuánto le habrá costado esa nave? En ocasiones me hace gracia, en otras soy consciente de tener una maldición de exceso de foco.
A las personas que van conmigo en ese momento les suele hacer gracia. Bueno, a casí todas. Algunas me miran raro, y otras en ocasiones se ofenden. El caso es que no puedo evitarlo y a veces a mi mismo me fastidia. En cierto modo me he acordado de ello al ver el corto Numbers con el que arrancaba este post.
Sí, a veces me olvido de que hablo con personas y lo resumo todo en números. En ocasiones no recuerdo que lo importante es el paisaje o el momento, y lo traduzco a cifras de facturación, a tendencias de mercado, a posibles amenazas para mi empresa.
No pretendo dejar de ser así. Es parte de mi naturaleza. Pero sí poder controlarlo (solo o con ayuda de otro, como los protagonistas del film), poder borrarlo durante algún momento, y simplemente dejarme llevar por el instante, disfrutando del aquí y del ahora sin segundas lecturas.
Supongo que es un post de desahogo ante el fin de las vacaciones. Doy fe de que lo he intentado y a veces lo he conseguido.
En Pymes y Autónomos | ¿Se puede (y se debe) desconectar completamente en vacaciones?, Si estamos de vacaciones, estamos de vacaciones no trabajando