Antiguamente se hablaba de “tener un amor en cada puerto”, yo personalmente no soy partidario de esa opción y con mí único amor, con mi mujer me sobra y me basta para ser feliz. Pero a nivel profesional si que soy partidario de tener un contacto (o dos, o tres, o cuantos más mejor) en cada puerto.
¿Y a qué quiero referirme exactamente con la introducción de este artículo? Pues quiero referirme a la importancia ya no de tener múltiples contactos de conocidos impersonales que debemos ir descubriendo a lo largo de nuestra carrera profesional. Sino a la importancia de que extendamos nuestras relaciones personales allá donde estemos, allá donde hagamos negocios, allá donde viajemos.
Sin duda, no hay ni habrá nada más poderoso y no hay ni habrá nada que nos abra más puertas profesionales que tener contactos alrededor del mundo. Cada viaje un contacto, cada contacto una posibilidad, cada posibilidad una clara opción de adentrarnos en una nueva oportunidad de negocio, en adentrarnos en múltiples opciones de presente y de futuro.
No se trata de “hacer amigos” en todos los lugares, los amigos no se hacen y se deshacen, los amigos aparecen, se escogen y se construyen o se diluyen, pero si que se trata de tener contactos allá donde nosotros tengamos tentáculos, o donde queramos extenderlos. En algunas ocasiones un simple intercambio de tarjetas, pero incluso en el acto de ese contacto impersonal, hemos de buscar la oportunidad de negocio, hemos de buscar desarrollar un contacto personal que podrá servirnos para nuestra carrera profesional.
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