Hasta hace bien poco el marketing online, por Internet, era algo marginal, que sólo utilizaban unas pocas empresas. Pero hoy en día son muchas las que tienen en este canal su principal medio de inversión, llegando a saturar a los clientes con los anuncios, redes sociales, email marketing, etc.
Por eso quizás es el momento de utilizar una táctica diferente, que atraiga al cliente, que lo comprometa con nuestra empresa, para vender justo cuando tenga la necesidad de un producto o servicio que nuestra empresa suministra. Este es el escenario ideal, pero conseguirlo no es sencillo.
Porque de tanta saturación se tienden a ignorar los anuncios, las actualizaciones en Facebook o Twitter donde sólo lanzamos mensajes sobre nosotros mismos, que no aportan nada a nuestros clientes. Pero también ocurre con el email marketing, donde la newsletter se ha convertido en una sucesión de ofertas muchas veces sin sentido.
Por un lado no se segmenta los contenidos para dirigirlos a diferentes grupos de usuarios, de forma que estén realmente interesados en estos productos que ofertamos. Por otro, el valor que aporta es realmente nulo, más allá de que el precio nos parezca más o menos atractivo.
Por todo ello el interés de los anuncios de nuestra empresa tiende a ser ignorado, más si cabe, si tenemos en cuenta que hoy en día además competimos por la atención con otras pantallas, como puede ser la televisión, un smartphone, etc. donde nuestro ordenador ya ha dejado de ser la referencia para este consumo de ocio o información.
Creo que la única forma de conseguir este compromiso de los clientes con nuestra empresa es ofreciendo algo que realmente sea interesante y útil para ellos. Ya sea información sobre un producto, consejos y trucos de uso, tutoriales, etc. algo que añada valor a nuestras comunicaciones y además sea susceptible de ser compartido si les ha gustado.
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