En el 2009, en España se ha conseguido reducir el absentismo laboral por debajo de la media europea, situando en 2,1% el porcentaje de absentismo frente un 2,7% que hemos llegado a tener, cuando la media europea se situa en 2,2%.
Pero esta reducción del absentismo no ha ido aparejada de una mejora de la productividad y del rendimiento laboral por lo que hemos cambiado el absentismo laboral por el presentismo o síndrome de la silla caliente; vamos a estar en el trabajo como si trabajáramos pero sin hacerlo vamos.
Este presentismo se instaura en la empresa con origen en los propios trabajadores. La mala situación económica general y el miedo a perder el empleo provoca que los empleados prolonguen sus jornadas laborales, destinen más tiempo a estar en el trabajo y no cumplan con pulcritud sus horarios de salida.
Los efectos son muy negativos dado que la pérdida de calidad de vida repercute negativamente en el desempeño laboral y más horas en la oficina o en el puesto de trabajo no equivalen a mejores resultados, sino todo lo contrario.
La propia empresa debe luchar contra estas prácticas, dado que al final la gran perjudicada es la propia organización porque el miedo y la incertidumbre minan día a día el rendimiento y la productividad de los trabajadores. Estamos en crisis por supuesto, pero hay que trabajar para salir de ella, no para mantenerla indefinidamente.
Vía | El Economista
En Pymes y Autónomos | ¿Caida del 90% en el absentismo laboral no justificado? No me lo creo
Imagen | Manuel Van de Weijer