Vivir en un mundo hiperconectado tiene su ventajas e incovenientes. Principalmente, disponer de información en tiempo real y como inconveniente, la imposibilidad de desconectar.
Esta necesidad enfermiza de tener que saber y conocer de manera continuada, acaba produciendo nomofobia y puede llegar a transtornar nuestros bioritmos.
Aunque a nadie que le preguntes te dirá que éste sea su caso, la verdad es que, cada vez se hace más raro, no ver a todo el mundo fijando su mirada en la pantalla de un móvil.
La mayoría de nosotros dejamos que la tecnología nos sabotee y llegue a provocarnos ansiedad, debido al miedo a perdernos algo, juega un papel importante en cómo usamos nuestros dispositivos móviles.
La mayoría de los usuarios de smartphones se sienten incómodos si no están en contacto directo con sus teléfonos las 24 horas del día, los 365 días del día, incluso despertando para revisar sus teléfonos por la noche.
Para reducir la ansiedad que esta situación produce, no reacciones a las notificaciones del teléfono. Oblígate a no revisar el teléfono cada vez que emita un pitido. Trata de revisar el teléfono sólo cada 15 minutos, luego cada 30 minutos, luego cada hora.
Una vez que hayas acumulado la suficiente tolerancia, intenta acostarte sin comprobar el teléfono y, al despertarte, que lo primero que hagas que no sea coger el teléfono para comprobar los avisos.
Imagen | Helloolly En Pymes y Autónomos | Los peligros dela nomofobia para la empresa