Ultimamente se empieza a escuchar algunas voces desde las empresas que hacen especial hincapié en un cambio paulatino de los criterios de selección de los candidatos en las empresas. Aunque determinados criterios como curriculum vitae, experiencia profesional o capacidades técnicas siempre son tenidas en cuenta, existen otros factores que cada vez más están cobrando mayor relevancia y son aquellos atributos relacionados con las competencias personales de los trabajadores.
De este modo, sin menospreciar el valor de una formación excelente o la brillantez que pueda aportar un curriculum que revele un buen bagaje profesional, aquellos otros factores relacionados con las capacidades personales del individuo como son las habilidades sociales, la empatía e la inteligencia emocional, son apreciadas cada vez más por las empresas que buscan incorporar talento a su organización.
Desde la perspectiva de los más jóvenes esto tiene gran relevancia ya que su capacidad para ofrecer un curriculum basado en la experiencia profesional es infactible, por lo que su valor debe venir determinado por aquellas otras capacidades, más allá de las técnicas que se adquieren por la formación, y que les diferencia del resto de candidatos. En momentos como el actual, en el que esta habiendo un notable éxodo de talento revela que la cualificación de los profesionales más jóvenes es competitiva para el desempeño de puestos adecuados a su formación.
Sin embargo, en el mercado nacional esas mismas cualificaciones son solicitadas para el desempeño de actividades que no lo requieren lo que conlleva una sobrecualificación para el puesto de trabajo. En este contexto, mostrar una mentalidad emprendedora, capacidades para experimentar en otros terrenos nuevos, además de habilidades que marcan la diferencia como mentalidad de liderazgo, pasión y gestión de riesgos, empiezan a ser determinantes para optar a puestos más adecuados a la cualificación del candidato.
Vía | REDFUE Imagen | katerha En Pymes y Autónomos | Trabajadores