Un breve par éntesis. Así se nos presentó el COVID y las duras medidas que se impusieron en su momento. Se trata de aguantar, doblegar la curva para salir más fuertes. Porque la recuperación completa ya se pronostica por el BCE para 2023. Y la doble recesión sería el fin definitivo para muchas pymes y negocios en España.
La realidad al paréntesis de unos meses es muy diferente y sería más parecido a uno de los mensajes que mandaba Bill Murray en la película Atrapado en el tiempo, :"Va a ser frío, va a ser gris y va a durarles el resto de sus vidas". Para muchos este tétrico pronóstico representa sus próximos meses por delante. Cada vez me cruzo y hablo con empresarios y autónomos más pesimistas. Ni siquiera la llegada de la vacuna supone una esperanza a corto plazo.
No hace mucho tiempo explicaba la situación un representante del pequeño comercio de una zona turística, muy ligada a la estacionalidad y con la temporada alta en verano. Venia a explicar que después de un buen verano en 2019, habían tenido la lógica bajada de ingresos del invierno, donde en algún mes los ingresos son cero, y cuando tocaba volver a abrir en verano, su facturación había vuelto a ser similar a la del invierno anterior. Tienen que pasar un nuevo invierno, este más duro todavía y saben que la temporada turística de 2021 vendrá retrasada. Y necesitan que sea al menos una mala temporada de verano en cuanto a facturación.
Si a este descenso de los ingresos le sumamos que en muchos casos se han pedido créditos con los que antes no se contaba y hay que empezar a amortizarlos, los problemas se multiplican. Para muchas pequeñas empresas es imprescindible empezar a facturar y recuperar la normalidad en la primavera de 2021. Si entramos en un bucle y una doble recesión porque se sigue limitando la movilidad para controlar la pandemia, muchos no aguantarán.
Y los que lo hagan en muchos casos soportarán una deuda que antes de que todo esto comenzaban no tenían, con lo que su capacidad de maniobra va a disminuir. Todo esto afecta más a la economía de nuestro país que a otras de la UE fundamentalmente por dos motivos, el peso de un sector turístico en el PIB que no se recuperará del todo hasta que pase la pandemia.
El otro motivo tiene que ver con el tamaño de la empresa en España, donde la micropyme está muy presente y no tiene la capacidad financiera para aguantar este tipo de circunstancias, especialmente si se prolongan en el tiempo como es el caso. Se puede recurrir a los ahorros, pero no se puede sobrevivir un año y medio generando pérdidas constantes.