El 28 de abril se celebra en todo el mundo el Día mundial de la Seguridad y Salud en el trabajo. Sin embargo, en España, la seguridad laboral continúa siendo una de las mayores tareas pendientes que siguen tiendo todos los trabajadores, especialmente los autónomos.
Y aunque desde este año, todos los autónomos están obligados a cotizar por contingencias profesionales (además de por cese de actividad), todavía queda mucho por hacer. Según un reciente informe de la Asociación de Trabajadores Autónomos (ATA), los autónomos siguen sufriendo más accidentes laborales que los asalariados.
Según este estudio, el 97,15% de los accidentes que sufren los autónomos en su jornada de trabajo son de grado leve, frente al 98,69% de los que tienen los trabajadores por cuenta ajena. Sin embargo el 2,59% de los autónomos han tenido en 2018 un accidente grave frente al 1,15 % de los trabajadores por cuenta ajena; y el 0,18% sufrieron un accidente muy grave, frente al 0,05% de los de los asalariados.
Y si nos vamos a los accidentes más graves, aquellos que acaban en muerte, la situación ha empeorado con respecto a 2017. El año pasado se registraron 20 accidentes por parte de autónomos que perdieron la vida, 7 más que en 2017. No obstante, es necesario recordar que únicamente se reflejan los accidentes que sufren los autónomos que cotizan por AT y EP (el 18% del total), de modo que el número de accidentes mortales puede ser incluso mayor.
Por sectores, es la agricultura la actividad que más accidentes graves de autónomos concentra, seguido de la construcción, industria y servicios. Son mayores en profesionales mayores de 35 años y la mayoría se produjeron por sobreesfuerzo físico sobre el sistema musculo-esquelético.
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