Ya llevamos bastante tiempo denunciando en estas páginas que hay muchos negocios, entre los que se destacan las farmacias, que están a punto de morir de inanición como consecuencia de los retrasos en el pago que están efectuando las distintas administraciones públicas, principalmente las Comunidades Autónomas.
En el caso específico de las farmacias, se produce un problema añadido y es la elevada concentración de clientes, en este caso con la administración, que supone sobre el 80% de su volumen de negocio, por lo que difícilmente pueden compensar la situación el resto.
La realidad actual es que alrededor de 1.000 farmacias en España se encuentran ante una situación crítica, situándose al borde del concurso de acreedores, no porque hayan desempeñado una gestión errónea, sino porque en la administración está incumpliendo la parte del compromiso que le toca en cuanto al fin social de la la dispensación de productos farmacéuticos a las personas que lo necesitan.
Esta situación obligará a la introducción de ciertos cambios normativos en el sector, porque no es legítimo que los resultados, la estabilidad e incluso el futuro del negocio de profesionales como los farmacéuticos dependan de las vicisitudes y de la ‘salud’ financiera de la administración, y ni que mucho menos tengan que pagar los platos rotos de una gestión financiera deficiente.
En Pymes y Autónomos | Una farmacia malagueña en concurso de acreedores
Imagen | ell-r-brown