Todas las crisis económicas provocan muchos cambios. Una tan rápida y brutal como la provocada por el coronavirus no podía ser menos. Porque uno de cada cuatro empleados cambiaron de trabajo debido a la crisis provocada por la pandemia según un estudio de Randstad. Ha ocurrido en todos los países, pero en mayor medida en España, donde la dependencia de nuestra economía del turismo, uno de los sectores más dañados se deja notar.
Más grave todavía es el caso de los más jóvenes, donde el porcentaje de los obligados a cambiar de trabajo llega hasta el 40% en los menores de 25 años. También es cierto que son aquellos que tienen los empleos más precarios, los que no han consolidado su puesto o están contratados de forma temporal y los primeros que acaban engrosando las listas de parados al no renovarse.
El principal motivo para cambiar de empleo es que la empresa en la que trabajaban cerro o tuvo que despedir empleados, o no renovar contratos, por causas del coronavirus. La tasa en España se sitúa 6,6 puntos por encima de la media europea. Y en el peor de los casos alguna de estas empresas no volverán a la actividad.
Otro problema añadido es que aquellos que están en ERTE, uno de cada cuatro teme perder su empleo cuando se acaben las ayudas, y finalice el periodo de carencia de seis meses para poder despedir sin que las empresas pierdan sus bonificaciones. Será éste el momento crítico, sobre todo si la reactivación económica no ha llegado con fuerza.
Sin embargo el estudio también muestra brotes verdes, puesto que la mayoría de estos empleados que perdieron su trabajo esperan recuperarlo en 2021. Una reactivación económica que llega de la mano de la vacunación y la inmunidad de grupo que facilita la gestión sanitaria y la recuperación de la movilidad.