Cuando hablamos del sector de la restauración, la mayoría de las veces se piensa que configurar una carta de platos amplia con una gran cantidad de ingredientes nos permitirá acceder a un público mucho más extenso. Pero cuando razonamos así, olvidamos las bondades en términos de calidad e identidad que nos brinda la especialización.
En este proceso, en ocasiones, se olvida el entorno en el que se afinca nuestro restaurante, un error que se produce especialmente en las ciudades más grandes, en las que se intenta dar respuesta a un perfil de clientes internacional y cosmopolita, obviando el potencial que presentan los productos locales.
Pues bien, en estos tiempos en los que tantas vueltas les damos a todo para mejorar nuestros negocios y tratar de explotar nuevas oportunidades comerciales, me gustaría destacar la labor de Fastvínic, una iniciativa de restauración en la ciudad de Barcelona, que desde el año 2010 ofrece a sus clientes bocadillos gourmet con productos locales de no más de un radio de 200 kilómetros.
Esta visión me parece muy interesante porque se pone en valor las múltiples posibilidades que ofrecen los productos locales para el paladar de turistas y vecinos, así como la forma en la que se aprovisionan estos productos, que en la mayoría de los casos son pequeños empresarios que regentan pequeños negocios.
Lo que pone de manifiesto una vez más, que la unión entre los pequeños comerciantes pueda dar lugar a proyectos realmente interesantes y rentables, explotando una oferta gastronómica en la que las grandes cadenas de restauración no se adentran al orientar sus esfuerzos hacia una variedad mucho más estandarizada.
En Pymes y Autónomos | El 'branding' como motor de desarrollo del comercio localEl 'branding' como motor de desarrollo del comercio local Imagen | El coleccionista de instantes