Díaz Ferrán ha anunciado que no se presentará a la reelección de la presidencia de la CEOE y también se han fijado las elecciones para la renovación de los cargos directivos para el día 21 de diciembre. Esta renovación dentro de la cúpula de los empresarios llega tarde y aunque el presidente manifiesta que no se presentará aunque se queda con las ganas, las elecciones del día 21 de diciembre son bastante importantes para las pymes y para los autónomos.
La CEOE tiene una imagen muy deteriorada la verdad, tanto por los últimos escándalos empresariales de Díaz Ferrán como por la propia gestión que se realiza a nivel de organización. El fracaso del diálogo social y la aprobación de la reforma laboral por decreto-ley no es un indicador bueno para una organización empresarial. Por otra parte, el vacío de representación que tienen la mayoría de microempresas debería acabar y el próximo presidente de la CEOE debería luchar seriamente para unificar los intereses y criterios de las empresas. Actualmente, la patronal representa relativamente a las grandes empresas pero las demandas de las empresas pequeñas, del autónomo con uno o dos asalariados o del emprendedor que acaba de lanzar un proyecto empresarial se queda sin representación. Para el colectivo de autónomos, ATA hace una labor más divulgativa que reivindicativa y en muchas ocasiones, da la impresión que tanto ellos como CEPYME van a remolque de las empresas.
Una organización representativa debe ser más abierta a todos los frentes empresariales y debe ir también un paso por delante. Si una empresa pequeña no se siente integrada, apoyada y representada, dificilmente vea en la afiliación a asociaciones empresariales una salida o mejora en su actividad económica. Si la mayoría de empresas se encuentran trabajando solas, no se puede establecer una línea de mejora conjunta que debe mejorar la situación económica de todos.
La CEOE debería reformar sus bases de actuación y la renovación que se pone encima de la mesa, es un paso clave para que se genere una apertura e integración de todas las asociaciones empresariales del país. Hablamos mucho de la crisis sindical, del modelo obsoleto de trabajo que representan y de sus errores, pero el asociacionismo empresarial, no está mucho mejor que digamos y hay que reclamar también una mejora de todas estas organizaciones.
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