Las empresas públicas tienen un peso directo o indirecto muy importante en el tejido empresarial de países como España, con una elevada presencia del sector público en la economía. Dadas las dificultades que existen para garantizar la viabilidad de estas empresas cuando muchas de ellas no generan valor, sino que lo detraen al no ser viables, se necesitan nuevas fórmulas de gestión.
Hoy quiero señalar a una propuesta que ha puesto en marcha el Gobierno de Eslovenia, que habla de concentración empresarial, de tal modo que un mismo departamento estatal controlará a través de un consorcio la gestión de todas sus empresas estatales y bienes del Estado, con una valoración de 12.000 millones de euros, con el objetivo de ahorrar costes.
Esta fórmula no es nueva, ya que anteriormente se ha aplicado a grupos empresariales en el sector privado, que están continuamente reasignando recursos dentro de las filiales que aglutinan. Aunque sí es novedosa en el sector público de la economía, donde se mantienen estructuras ineficientes que no siguen principios económicos.
Desde mi punto de vista creo que será muy positiva, porque muchas veces las propias rigideces de la gestión dejan muy poco margen de maniobra para luchar en tiempo adversos, por tanto, con un control más férreo de los recursos, podremos amoldar la estructura de cada empresa a las necesidades que se les vayan presentando.
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