Falta menos de una semana para que finalicen los ERTE y la negociación entre el Gobierno y los agentes sociales todavía no ha llegado a buen puerto. A pesar de que los trabajadores que se encuentran actualmente en ERTE bajan ya de los 700.000, parece que todavía será necesaria una última prórroga de estas ayudas, especialmente en aquellos sectores cuya apertura está aún restringida por la pandemia.
La diferencia de posturas entre patronal, sindicatos y el Ministerio de Seguridad Social se mantiene con unos pocos flecos abiertos, aunque no son menores. Escrivá insiste en reducir las exoneraciones para las empresas que permanecen en ERTE, pero los agentes sociales piensan que todavía es pronto para retirar las ayudas, y le instan a retomar este diálogo en septiembre, cuando previsiblemente vencería esta nueva prórroga.
La postura del titular de la cartera de la Seguridad Social puede tener un coste mayor para empresas y trabajadores, toda vez que su intención es penalizar con un acuerdo en peores condiciones en lo que respecta a las cotizaciones a la Seguridad Social.
Hay que recordar que el esquema actual establece exoneraciones del 85 por ciento en las cuotas para los sectores ultraprotegidos de empresas con menos de 50 trabajadores y del 75 por ciento para las que tienen más de 50. Pero los agentes sociales no aceptan la propuesta, advirtiéndole que sin una prórroga del esquema actual, el Gobierno deberá ir solo.
Todo hace prever que finalmente se llegará a un acuerdo, ya que es una herramienta de la que todavía dependen unas 625.000 personas, que quedarían sin un mecanismo de protección social y, al mismo tiempo, sin poder trabajar.
Sin embargo, todo hace indicar que el acuerdo entre el Gobierno y los agentes sociales llegará con unas condiciones de ERTE peores a las actuales para los trabajadores protegidos por este esquema.