Los datos de empleo del mes de julio son mucho mejores de los que podemos encontrar en la serie histórica de otros años en este mismo mes. Según datos del Ministerio de Empleo, la Seguridad Social ganó 161.217 afiliados de media, en la mayor subida desde 2005. Y el paro, por su parte, se redujo en 89.849 personas. Sin embargo, el rebote del empleo no es suficiente para igualar el escenario previo a la pandemia.
Porque debemos tener en cuenta que los meses fuertes para la contratación en España, en muchos casos asociados al inicio de la temporada turística, son mayo y junio, que en 2020 han supuesto la destrucción de muchos empleos o el paso de los empleados al ERTE en el mejor de los casos. No se trata de un espejismo, pero lo parece.
Si contextualizamos con el mes previo al inicio de la pandemia, julio contó casi medio millón menos de afiliados medios que en febrero. Si comparamos con la cifra de hace un año, la distancia es de casi 750.000 menos que en el mismo mes del año anterior. El paro registrado cuenta con 761.000 personas más que hace un año.
Hay que analizar la información con un poco de perspectiva. Hay sectores que han iniciado la recuperación y están ya casi en niveles previos a la llegada de la COVID-19. Pero no podemos obviar que el turismo y su peso en el PIB quedará muy dañado. Pero incluso aquí podríamos hablar de brotes verdes.
Muchas reservas no se cancelan, se aplazan para dentro de un año. El turista extranjero, especialmente británicos y alemanes, está muy fidelizado y volverá. El turismo rural e interior está viviendo un verano dulce. Son los grandes beneficiados de la no salida en muchos casos de un turista nacional que en muchos casos tenía planes para visitar otros países.
No bastará para cubrir el tremendo agujero que ha generado en nuestra economía, pero la recuperación está un poco más cerca. Ahora solo falta que se teja una red para que las empresas no caigan. Y también que todos seamos responsables para evitar rebrotes tomando todas las medidas higiénicas necesarias y no pensar solo en facturar como antes de la llegada del coronavirus.