Durante los últimos meses hemos oído hablar, y mucho, sobre cuál puede ser la mejor manera de financiar tu negocio. Las respuestas son muchas y variadas, desde las cuatro ‘efes’: friends, family, fools, and founders (amigos, familia, locos y fundadores), hasta el capital riesgo. Sin embargo, no se habla mucho de otra vía que puede ser muy efectiva si lo que buscas es empezar de cero: las ventas.
Es probablemente la mejor manera de financiar tu negocio aunque no por ello será la más sencilla. Incluso hay un nombre para ello: “Bootstrapping”, que viene del inglés (bootstraps) y significa “sin ayuda de nadie”. Y ese es justo el sentido de este término, supone comenzar tu propio negocio vendiendo tu idea y haciéndola funcionar desde el primer momento. Bajo la premisa de:“Si no tienes clientes, no tienes un negocio.”
Evidentemente, no todos los negocios pueden ser construidos a partir de las ventas, muchos de ellos necesitan de financiación previa para poder funcionar. No puedes abrir un restaurante o una tienda de alimentación sin tener un local. Pero si se puede comenzar de una forma más sencilla y más barata, especialmente si eres un emprendedor novato. En vez de abrir un restaurante, puedes comenzar con un pequeño catering a domicilio o convirtiéndote en un buen cocinero durante un tiempo. Otro ejemplo, si quieres abrir una tienda de moda, puedes comenzar vendiendo a través de una tienda en eBay o si quieres invertir un poco más puedes hacerlo en tu propia página web.
Se trata de coger la esencia de lo que será tu futuro negocio y ponerla en práctica a pequeña escala. Si tienes éxito, es muy probable que lo extiendas. Si lo que estás buscando es desarrollar un nuevo producto, haz unos pocos prototipos e intenta venderlos. Como me dijeron una vez en Estados Unidos: “Si lo que quieres hacer es ser Ingeniero de cohetes espaciales, lo único que tienes que hacer en este país es construir uno y venderlo.”
No vas a conseguir que tu empresa funcione en un par de días, puede que ni siquiera consigas toda la financiación que quieras, pero el riesgo es muy pequeño y el beneficio es muy grande.
No le deberás dinero a nadie, por lo que todo el beneficio será tuyo. Muchas veces son los propios inversores los que quieren intervenir en la toma de decisiones de un negocio por lo que podrás ejercer tus ideas según creas conveniente.
El centrarte desde el primer momento en tu producto o servicio, también es muy beneficioso para tu negocio. Todos sabemos el tiempo que se puede llegar a invertir en conseguir financiación y el desgaste mental que conlleva. No tener que preocuparte en exceso te lleva a tener más tiempo para lo más importante.
Pero sin duda alguna, creo que el mayor beneficio que se puede sacar es la experiencia y el conocimiento del ámbito en el que se moverá tu negocio. Se trata ya de la vida real y no de una idea y posiblemente, para cuando obtengas una mayor posibilidad de financiación, tu producto será mucho mejor que el primer día. Además de que habrás hecho el mejor estudio de mercado posible.
Puede que no sea la forma más sencilla y sobretodo, es lenta. Es bastante más sencillo hacer un plan de negocio pero supone entrar en contacto con la realidad desde el primer momento y una buena alternativa en momentos en que encontrar financiación es bien complicado.
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