Las empresas están apostando cada vez más por nuevas fórmulas para retribuir a sus empleados, más allá del clásico abono en metálico. Y si bien la mayoría de trabajadores apuesta por el efectivo, existe un consenso generalizado en que la retribución flexible es ideal para complementar el salario en efectivo que recibe cada trabajador en nómina.
Así se desprende del estudio Tendencias en beneficios sociales, presentado hace unos meses por la plataforma de gestión de retribución flexible Cobee. El informe refleja que siete de cada diez trabajadores prefiere un salario de 50.000 euros en efectivo unido a un paquete de beneficios sociales valorado en 1.607 euros que 52.000 euros.
Hay que recordar que la retribución flexible está exenta de tributación de IRPF (aunque sí debe cotizar a la Seguridad Social) y, en consecuencia, ese salario en especie implica un aumento de facto del salario del trabajador, que vería disminuido su salario por las retenciones a cuenta que la empresa debería aplicar en su nómina.
El lote que se ha tomado como referencia incluye una suscripción anual a Netflix y una aportación mensual de 10 euros a beneficios sociales. Sin embargo, en el mismo informe se expone que más de la mitad de los trabajadores (en concreto, el 51,7 por ciento) no reciben lo que realmente necesitan, a pesar de ser paquetes de retribución flexibles.
Menos interés por el abono transporte y más por la salud y el bienestar
Tras la pandemia de la covid-19 y la consolidación del teletrabajo ha disminuido el interés por los paquetes retributivos relacionados con el transporte público (tan solo lo demanda el 56,22 por ciento), mientras que han crecido todos aquellos relacionados con la salud y el bienestar (72,84 por ciento), la formación (53,45 por ciento) y el entretenimiento (40,17 por ciento).
Además, el último cambio legislativo en torno a los planes de pensiones, que favorecen la contratación de planes de empresa frente a los planes individuales, ha aumentado de manera significativa el interés por este beneficio, que en la actualidad demanda el 37,90 por ciento de los encuestados. En concreto, el 63 por ciento estaría dispuesto a destinar 200 euros mensuales si su empresa duplicase esa aportación mediante un plan de aportaciones compartido.