En las última semanas una de las noticias más recurrentes, en las portadas de los períodicos de cualquier índole y programas informativos, es el notable incremento del endeudamiento público español. Los datos hablan por sí solos, de unas finanzas públicas con superávit en 2007 se ha pasado a una situación de déficit del 11,4% en 2009, motivado por un espectacular incremento del gasto público. Lo curioso es que, últimamente, se está empezando a desarrollar una corriente de pensamiento que vincula el endeudamiento público con el estrangulamiento financiero del sector de las pymes y autónomos.
El problema fundamental es que el sector financiero español, es decir, los bancos e instituciones financieras, han adquirido enormes cantidades de deuda y por tanto de riesgos, en el periodo anterior a la crisis económica, que han dedicado a financiar un millón y medio de pisos, que en estos momentos, están terminados pero carecen de comprador, entre otras cosas por la tremenda restricción crediticia, y los promotores inmobiliarios no pueden devolver los prestamos que pidieron al sistema financiero, en la medida que no venden los pisos.
Las entidades financieras tenían en sus balances 325.000 millones de euros (PDF) en préstamos que los promotores no pueden devolver. Pero desde que empezó la crisis, las entidades financieras han llegado a numerosos acuerdos con dichos promotores para quedarse con los pisos, vacíos, terminados y sin comprador, por el 80% de su valor de mercado, que igualaría el crédito otorgado, y por tanto, podrían contabilizarlo en sus balances sin generar ningún tipo de perdidas y enmascarando las cifras de morosidad, que a pesar de todo siguen creciendo, también a gran velocidad, ya que la morosidad bancaria supera el 5%.
Es evidente que si los bancos y las cajas dedican dinero a comprar pisos, en grandes cantidades, no pueden dedicarlo a las pymes y a los autónomos, y más en esta situación en que ellas, han tenido que acudir a los mercados internacionales, como prestatarias, para poder financiar e inflar la burbuja inmobiliaria. He aquí un dato que explica la preocupación de los mercados internacionales. Las entidades financieras españolas han tenido que convertirse, a su vez, en prestatarias. Las previsiones del calendario de vencimientos de entidades financieras españolas, en millones de euros, 87.230 (2009), 86.810 (2010), 79.080 (2011), 67.872 (2012), 36.327 (2013) y 253.585 (>2013) (PPT).
A pesar de todos estos datos, no se puede obviar un hecho relevante y es que la deuda privada, de familias y empresas, alcanza cifras realmente preocupantes, ya que duplica la cifra del Producto Interior Bruto, casi 2,3 billones de euros, en cualquier caso, cuadruplica la cifra de deuda pública.
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