Esta mañana he presenciado una fila inusual de personas en una oficina de un Monte de Piedad. Siquiera me acordaba de esta fórmula de crédito, pero haberla hayla y ¿por qué no recurrir a ella?.
Para los menos duchos, los Montes de Piedad se remontan al siglo XVIII como instituciones para conceder créditos a personas más desfavorecidas y necesitadas. En la actualidad, su funcionamiento ha cambiado bastante y estas instituciones dependen de las Cajas de Ahorros.
El mecanismo para la concesión de un préstamo es la pignoración o entrega en prenda de un bien mueble. Estos bienes muebles tienen que ser objetos de valor, como joyas, obras de arte... que no se deprecien en el tiempo. Se procede a una tasación de los bienes entregados y se concede un crédito de corta duración (rara vez sobrepasan los dos años) a unos tipos de interés que oscilan entre un 5% a un 10%.
Cuando paguemos el crédito, recuperamos el bien mueble, y si no lo pagamos, la propiedad se transfiere al Monte de Piedad en concepto de garantía.
Como fórmula de financiación para cantidades no muy importantes puede resultar hasta más barata que los créditos al 14%. Siempre está claro, dispongamos de bienes suceptibles de ser entregados en prenda.
Los créditos en Montes de Piedad no tienen una buena imagen como fuente financiera, pero la verdad, no entiendo porqué es peor obtener un préstamo depositando un reloj de oro, que irse a cualquier financiera de dinero rápido y que nos soplen un 22% TAE o tirar de los créditos de las tarjetas de la empresa.
En El Blog Salmón | Vuelven los Montes de Piedad En Pymes y Autónomos | Créditos preconcedidos para ti al 14%