Hay un dicho que dice “vísteme despacio que tengo prisa”, dicho que podemos aplicar en ocasiones al ejercicio de la contabilidad, y es que "las priesas son malas consejeras" y pueden afectar a la calidad del trabajo contable cuando registramos determinadas operaciones de mayor complejidad. Y es que la correcta contabilización de las operaciones de la empresa es algo no debemos de tomarnos a la ligera, ya que muchas son las causas de los errores contables, pero las repercusiones de estos errores pueden ser importantes y afectar a la tesorería y a la imagen de la empresa.
A la tesorería, porque los errores contables pueden suponer perjuicios frente a hacienda que si son detectados procederá a inspeccionar la sociedad y a imponer las sanciones pertinentes, y a la imagen ya que la publicación de unas cuentas anuales erróneas puede suponer una imagen distorsionada de la empresa que dificulte su acceso a las fuentes de financiación, ya no solo de bancos sino también de proveedores que pueden restringir el crédito comercial.
En los casos anteriores estaríamos hablando de errores de cierto calado, pero incluso errores más pequeños suponen un incremento de la carga de trabajo, ya que la corrección supone la anulación o rectificación del apunte mal realizado, el tiempo de la nueva contabilización de la operación correcta, la perdida de tiempo para su localización, la inquietud que genera a los usuarios internos de la información contable, las revisiones para detectar si hay más errores similares, etc
Cómo minimizar los errores contables
La contabilidad no es una tarea menor que deba desarrollar en solitario un becario, aunque si que este puede apoyar en la realización de las tareas contables contando con la supervisión de un profesional de la contabilidad.
No todo el mundo es administrativo, hay muchas personas cuya formación les capacita para desarrollar tareas contables, pero es conveniente que la formación este relacionada, ya que al igual que para ser médico hay que estudiar medicina, en la administración de una empresa no debe realizar apuntes contables cualquiera.
La realización de check lists de control puede ayudar a minimizar los errores contables.
Si la contabilidad se externaliza, debemos contrastar la profesionalidad de las personas en la que depositamos nuestra confianza. Si el precio es demasiado bajo, la calidad del servicio puede resentirse ya que puede ser un indicativo de que estén haciendo las prácticas con nuestra contabilidad.
Debemos realizar cierres contables como mínimo coincidentes con los periodos de liquidación de impuestos.
Antes de contabilizar determinadas operaciones es aconsejable consultar los mayores, etc.
Imagen | Josevi
En Pymes y Autónomos | Cómo preparar nuestra contabilidad para explotarla en una hoja de cálculo