Cuando una empresa se encuentra con problemas de liquidez, esta tiene que elegir muy bien los pagos que realiza para poder seguir con su actividad. Si ya no puede conseguir financiar sus operaciones los recursos que genera tienen que ser aplicados al pago de proveedores estratégicos, empleados, suministros, alquiler de instalaciones, prestamos, etc. Y es una tarea sumamente compleja y dolorosa para el empresario tener que elegir a quien no pagar sus deudas.
Los entidades financieras ya cuentan con sus listas de morosos, algunas asociaciones de empresarios cuentan con las suyas, los informe de solvencia accesibles a cualquier empresa sin un coste excesivamente elevado también señalan a quien se encuentra en problemas.
A principio de este mes de junio, en el que se convirtió en Rey el Príncipe Don Felipe, este defendió que se conceda una "nueva oportunidad" a aquellos empresarios cuyo negocio haya fracasado siempre que hayan tenido una "conducta recta y honesta".
Según el ahora Rey:
El 'fracaso' empresarial, 'fracaso', por supuesto, entre comillas, ha sido tradicionalmente considerado como una desautorización al que lo sufre y se le carga con el peso añadido de ser un estigma social y profesional. Cuando realmente, dentro de la evolución económica debemos enfocarlo como una oportunidad para comenzar de nuevo.
Los datos nos demuestran que los empresarios que reinician su actividad tras una primera experiencia no exitosa, corrigen y crecen sobre sus errores, abordando con mejores expectativas la siguiente o siguientes intentos.
La listas de morosos de Hacienda un freno a la segunda oportunidad y una ayuda para acabar con la primera
Según Cristobal Montoro la difusión de la lista de morosos "ayudará a que se pongan al día" estos deudores, lo que permitirá "fortalecer la relación con el contribuyente y la financiación de los servicios públicos", indicó.
Entiendo que querría decir fortalecer la relación frente al contribuyente no con el contribuyente. Afortunadamente muchas Pymes no llegaran al millón de euros de deuda para tener el privilegio de pasar a formar parte de la lista negra de Cristobal Montoro.
Según el texto del anteproyecto, se dará publicidad de forma periódica a las situaciones de incumplimiento "relevante" de las obligaciones tributarias a través de una lista en la que podremos identificar a los deudores con nombres, apellidos y NIF o bien la razón o denominación social en el caso de ser empresas, así como el importe de las deudas y sanciones pendientes de pago.
No se incluirán aquellas deudas y sanciones tributarias que se encuentren aplazadas o suspendidas. Asimismo, los defraudadores afectados tienen un mes de plazo para recurrir su incorporación a la lista y acreditar que los datos publicados no son exactos.
Entiendo que cualquiera que tiene una deuda tiene que hacer todo lo que pueda por cobrarla, pero la Agencia Tributaria ya tiene el privilegio de poder freír con recargos a los morosos que no pueden pagar sus impuestos, para ahora someterlos a escarnio publico.
Para evitar este escarnio y los perjuicios asociados, será mejor pues elegir a otros que no dispongan de listas de moros como empleados y proveedores, aunque a mi entender mejor seria intentar dar más facilidades a las empresas que se encuentran en dificultadas para cumplir con sus obligaciones, que darles una palmada en la espalda para meterlas en el nicho.
Imagen | Omar Díaz
En Pymes y Autónomos | La reforma fiscal del gatopardo