Se trata de una opinión demasiado extendida entre el colectivo de los trabajadores autónomos. La presión fiscal que sufrimos es insostenible, y tiene como único objetivo recaudar dinero a través de impuestos y cotizaciones sociales que se reciben de los autónomos y empresas.
Así se desprende al menos del último estudio publicado por Adecco e Infoempleo sobre la situación de los autónomos. Más de la mitad de estos trabajadores (en concreto, el 55,3%) se queja de la presión fiscal que soporta, mostrando cierto descontento hacia las políticas de empleo llevadas a cabo por los diferentes gobiernos.
De hecho, las cargas administrativas y burocráticas y la elevada presión fiscal son vistas como los dos principales inconvenientes que tienen los trabajadores para emprender (para el 47,5 y el 42,5%, respectivamente). El complejo funcionamiento de las ayudas a los autónomos afecta a uno de cada tres autónomos.
Les sigue el proceso de búsqueda de clientes, una preocupación para el 32,5% de los autónomos; conseguir financiación (29,7%); la competencia desleal y la economía sumergida (26.9%) o la morosidad (19%). Tan solo un 2,4% no ve inconvenientes en ser autónomo.
Sin embargo, a pesar de todos estos problemas, hay muchas ganas de emprender, especialmente por personas de elevada cualificación académica y profesional. Hasta el 53,6% de los trabajadores cuentan con formación universitaria o superior y tan solo un 1% de los autónomos no tiene estudios.
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