Uno de los problemas que nos genera estar dentro de un ERTE es que cambian nuestros ingresos, y en muchos casos, también las deducciones que nos aplican en el IRPF. En el caso de estar cobrando del SEPE lo habitual es que no nos apliquen retención y esto puede generar una factura fiscal que tendremos que pagar en la declaración de la renta del 2021. Por eso algunos se preguntan que es mejor ¿un aumento de IRPF o esperamos a la RENTA del próximo año si estamos en ERTE?
La prestación por desempleo está considerada como una renta sujeta a tributación y se le aplica la retención correspondiente del IRPF, según las características circunstancias personales y familiares de cada persona. Como en este caso hay dos pagadores, la obligación de realizar la declaración pasa de rentas superiores a 22.000 euros anuales a 14.000 euros anuales. Por lo que la mayoría tendrá que realizar dicha declaración, con una retención practicada total muy baja, por lo que con mucha probabilidad saldría a pagar.
Todo depende de la situación personal de cada uno. En muchos casos cobrar el 70% de la base reguladora ya hace que vaya muy justo para llegar a fin de mes, por lo que solicitar al SEPE que nos haga la deducción de IRPF o que nos aumente el porcentaje no es viable. Lo que nos queda en este caso es esperar a la RENTA en 2021 que en todo caso si nos sale a pagar lo haremos durante el mes de junio.
Además podemos fraccionar los pagos, de manera que en junio pagaríamos el 60% del total y el resto en octubre. Esto permitirá a muchos afrontar esta obligación en otras condiciones, con un retorno a su puesto de trabajo e ingresos ya regulares. En los casos donde el ERTE es parcial y se cobra tanto de la empresa como del SEPE, tendremos opción de pedir que nos suba la retención nuestra empresa que es más sencillo. Además al pagar una parte, la factura de Hacienda no será tan dura.
La realidad es que al tener dos pagadores, nuestra empresa y el SEPE, estaremos obligados a realizar la declaración y con casi toda probabilidad nos saldrá a pagar. La ventaja de no solicitar el aumento de deducción de IRPF es que mientras tanto tenemos el dinero en nuestro bolsillo, en lugar de anticiparlo a Hacienda.