A pesar de las restricciones cada vez más exigentes para acogerse al sistema de estimación objetiva, cerca de 400.000 trabajadores todavía siguen tributando por este sistema. Y aunque la mayoría de ellos siguen en módulos gracias a su tributación, lo cierto es que la crisis de la covid-19 puede provocar un agujero bastante importante en sus cuentas.
El motivo es que, al ser un sistema cuya tributación se basa en una serie de parámetros objetivos, como el tamaño del local, el número de empleados o el número de trabajadores contratados, y no de los ingresos reales, es perfectamente posible que algunos negocios sin ingresos tengan que tributar como si su facturación fuese la habitual.
Entre los negocios que habitualmente tributan por módulos están los bares, las cafeterías, las peluquerías o las empresas de transporte, entre otras. Algunas de ellos en sectores que han sido los más afectados por el confinamiento y la paralización de la actividad económica y en los que el rendimiento medio de renta de trabajo que calcula Hacienda se encuentra muy por encima de la realidad.
Algunas asociaciones de autónomos, como UPTA, a través de su presidente Eduardo Abad, han llamado a una reestructuración del sistema de estimación objetiva para encuadrar a la mayoría de los autónomos en el sistema de estimación directa, o al menos, modificar o facilitar el cambio de sistema, aunque sea temporalmente.
Hay que recordar que, desde la reforma fiscal de 2015, los límites de facturación para acogerse al sistema de módulos se van reduciendo cada vez más. Sin embargo, los dos últimos años se han mantenido los límites de manera transitoria, a pesar de que tenían que haberse restringido cada vez más por el agujero que suponían para las cuentas públicas.
En estas circunstancias actuales, es posible que se tenga que acelerar este proceso para que, finalmente, el sistema de módulos, que tan en entredicho ha estado en los últimos años, acabe siendo historia más pronto que tarde.