La hostelería y restauración es uno de los sectores más castigados por la crisis. También uno de los que más beneficiados por las ayudas planteadas. Pero muchos pensaban que la subida de impuestos en unos artículos tan importantes en sus ventas como las bebidas azucaradas los refrescos podía ser la puntilla para muchos negocios. En este sentido Hacienda ha aclarado que la subida del IVA de las bebidas azucaradas no se aplicará a la hostelería.
Según la Ministra de Hacienda la subida de IVA para estos productos solo se va a aplicar en la cadena de distribución. En el caso de bares y restaurantes que sirven estos productos podrán seguir manteniendo el IVA del 10% en su precio de venta. De esta forma, en teoría no tendrían que subir precios y mantendrían su competitividad.
Esto tiene una pequeña trampa, ya que estos establecimientos si pagarán en sus compras de bebidas azucaradas un IVA del 21%, aunque es un impuesto que luego se deducen en sus liquidaciones trimestrales. En este sentido, como en teoría un negocio compra por valor inferior a lo que vende, no tendría que tene efecto en el precio final para los clientes.
Veamos un ejemplo, un restaurante compra bebidas azucaradas por un total de 1000 euros, por los que va a pagar un IVA del 21%, es decir, 210 euros. Estas mismas bebidas las vende a sus clientes, con un margen de beneficio. Pongamos que vende por 3.000 euros dichos productos, y se ha aplicado un IVA del 10%, es decir, ha recaudado de los clientes 300 euros. En su liquidación de IVA de estos productos la empresa tendrá que restar a lo recaudado el IVA que ella ha pagado, y en este caso sería una liquidación de 90 euros.
En este sentido no deberían existir problemas para las empresas, ya que el IVA recaudado siempre es superior al IVA pagado. Es por esta razón por la que se considera un impuesto que ellos pagan, cuando en realidad son meros agentes reacaudadores, puesto que el IVA lo paga el cliente final. De todas formas una vez que pase la crisis ya está avisado el sector de que la reforma fiscal tocará este IVA reducido que se aplica del 10%.
Será en este momento donde se analice el balance entre lo que supone para el PIB de nuestro país la hostelería y también el empleo que genera y cómo mejorar la recaudación de impuestos sin que afecte a la recuperación del sector y el empleo.