Al hilo de las últimas discusiones que han tenido lugar en España respecto a los futuribles pasos que el gobierno podría dar en materia fiscal, cada vez más los que apuestan por una subida del principal impuesto al consumo, el Impuesto sobre el Valor Añadido (IVA), lo que consumaría lo que se conoce como consolidación fiscal.
Al mismo tiempo, nuestro tejido empresarial está experimentando una incipiente recuperación, que se denota por la mejora de la facturación y del empleo en algunos sectores y actividades de la economía, pero a un nivel muy débil, de manera que cualquier cambio en materia fiscal podría acabar con ella.
1. ¿Qué perjuicios traería una subida del IVA para las empresas?
Además de producir un empobrecimiento de las familias al tener como consecuencia un menor poder adquisitivo, las empresas sufrirían mucho por los siguientes motivos:
Al tener un efecto renta negativo, acarrearía un menor consumo, lo que se trasladaría en unas menores ventas y un recrudecimiento de la particular crisis que estas acarrean.
Incremento del fraude fiscal: al ser 'más caras' las transacciones económicas, el conjunto de los consumidores y particulares y empresas tendrán mayores incentivos para defraudar. De manera que aflorarían más empresas al margen, arrebatando una importante cuota de mercado a las que llevan a cabo su actividad de acuerdo a la legislación (por si este fuera poco).
2. ¿Qué argumentos existen para subirlo
Las presiones derivadas de un incumplimiento sistemático del objetivo de déficit marcado por Bruselas, y las rigideces de la clase política para reducir el tamaño de la administración.
La existencia de productos y/o servicios con una menor imposición indirecta que en otros países de nuestro marco de comparación.
La 'moda' que se está imponiendo a la hora disminuir el gravamen a las rentas del capital y el trabajo, y de incrementarla al consumo.
3. ¿Qué alternativas hay?
En mi opinión creo que existen otras alternativas a una subida del IVA, que de materializarse acabaría con la incipiente recuperación económica y nos ahondaría aún más en esta situación de letargo económico que parece enquistarse.
De manera que más que en lugar de revisar al alza las distintas figuras tributarias, me centraría en abordar de una vez por todas un problema que tiene el tamaño de un 25 % de nuestro PIB, es decir, el fraude fiscal. Que está permitiendo a muchas empresas y actividades al margen de la ley, competir de manera desleal, e incluso, acabar con la actividad de los negocios que mes que desarrollan su actividad legalmente, y que mes a mes deben afrontar con crecientes dificultades el cumplimiento de sus obligaciones fiscales.
En Pymes y Autónomos | Nuevos requisitos para la recuperación del IVA de incobrables