En estas páginas me he quejado varias veces del diseño tan malo que tienen las bajas por enfermedad o las prestaciones por incapacidad temporal, tanto para la empresa como para el trabajador. Este diseño tiene muchos flecos sueltos que hacen que la empresa vea cómo los costes se disparan en las bajas por enfermedad y cómo el trabajador ve mermados a la vez sus ingresos.
Este problema no es nuevo y muchas empresas sufrimos a diario abusos con las bajas por enfermedad, retrasos continuados del sistema sanitario que alrga más aún los plazos de recuperación de los trabajadores y la sepiterna sombra del fraude en estas bajas laborales. Pero por casualidades de la vida, hasta ahora, el Ejecutivo no ha hablado de reformar el sistema de bajas por incapacidad temporal. Esta reforma la llevamos pidiendo mucho tiempo desde estas páginas.
Me alegro que sea realista con las decisiones que toma y que sufra en sus carnes lo que sufren miles de empresas a diario. Los controladores aéreos están usando las bajas por enfermedad para montar una especie de huelga encubierta y justamente cuando a Fomento le duele la cabeza con la gestión de bajas, es cuando la Seguridad Social se plantea que el sistema actual no es el más correcto.
Y el secretario de la Seguridad Social anuncia que se va a reformar el sistema, pero por misterios de la vida, o calentones del momento, no dice ni cómo ni cuando ni de qué manera se va a llevar a cabo la reforma. El jardín de las bajas por incapacidad no tiene una solución viable que le guste a todo el mundo dado que:
- Los facultativos médicos son los que tienen la autoridad y conocimientos para determinar si un trabajador está enfermo o no
- Las empresas pueden intuir o detectar casos de fraude, pero no deben pagar justos por pecadores y no es función de la empresa perseguir a sus trabajadores en baja.
- Las prestaciones económicas por IT son escasas y siguen representando un coste elevado para las empresas, de manera que impiden una entrada rápida de contratos de sustitución para estas bajas.
Tal y como se ha comprobado en estos días, las bajas laborales cuestan dinero para las empresas, Fomento en el caso de los controladores, y perjuicios para todos sus clientes, pasajeros de aerolíneas y resto de empresas que sufren demoras.
Una reforma en este sentido es necesaria, pero hacer algo mejor que el sistema actual requiere tiempo, consenso y un equilibrio entre empresas y Seguridad Social que no tenemos ahora mismo. Veremos en qué queda esta reforma de las bajas por enfermedad.
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