Leer un informe importante mientras se contesta a varios mensajes llegados a Whatsapp. Comenzar la contestación de varios correos electrónicos y, a los pocos minutos, saltar a consultar las últimas actualizaciones de las redes sociales. Es la era de la distracción. De la multiactividad. De la multitarea. Y en esa era, el mejor consejo para mejorar la productividad es bien sencillo: hay que apostar por la monotarea. Pero, ¿cuáles son sus ventajas?
La multitarea es un mito. Hay quien defiende que la tecnología nos ha puesto más sencillo ‘atacar’ a varios frentes a la vez. Que podemos ir combinando trabajos y que eso, a la postre, ahorra tiempo y mejora los resultados. No es cierto. Lo dicen, incluso, estudios científicos como el que se llevó a cabo en la Universidad de Standford y del que dimos cuenta aquí.
Pero, a veces, esa multitarea se lleva a cabo sin perseguirlo, sin desearlo. Se llega como consecuencia de no tomarse lo suficientemente en serio la atención. Uno de los grandes activos para el trabajo y una de las claves de la productividad y la gestión del tiempo.
El experto en Productividad Berto Pena propuso en el último artículo en su blog Thinkwasabi una particular revolución. Una revolución que no se basa en medidas complejas, ni en hábitos inalcanzables. Que sí se basa en algo “asequible, cercano y que todo el mundo tiene”: la atención.
Pena señala algunas de las ventajas de sustituir la multitarea por la monotarea:
- Desata la capacidad personal para afrontar los trabajos del día a día.
- Dispara la agilidad mental.
- Estimula el proceso creativo.
- Aumenta la calidad en las tareas.
- Convierte a quien lo hace, en alguien más rápido y eficiente.
Y tú, ¿practicas la monotarea?
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