La Sociedad de la Información tiene un inconveniente evidente y es que nos informamos al segundo para olvidarnos al instante.
Recibimos tantos impactos de información que no somos capaces de procesarla y estamos es una situación permanente, de lo que se conoce, como infoxicación.
En un mundo de conexión global instantánea, uno de los modos más auténticos de comunicación es la de escuchar a alguien. Pero escuchar puede ser una habilidad difícil de dominar.
¿Cómo se puede construir esta capacidad? En primer lugar, comenzando por crear un espacio en tu día a día. Bloquea un tiempo en tu calendario para reflexionar sobre una conversación reciente y prepararse para la siguiente.
Cuando un colega o un empleado pide un consejo, asegúrate de entender la situación. Antes de responder, conviene preguntar y aclarar lo que realmente necesitan.
Lo realmente importante es dedicar a la gente tu atención. Actitudes como silenciar el teléfono, desconectar el PC y mirar a los ojos manifiestan interés por lo que se está tratando.
Los líderes que hacen hueco en su tiempo para conversar cara a cara descubren que es una de sus mejores herramientas de gestión.
Imagen | leovalente En Pymes y Autónomos | Dejar hablar y aprender a escuchar