El fichaje de Neymar ha pasado desde la esfera puramente futbolística a la judicial en las últimas semanas. La denuncia de un socio del F.C. Barcelona fue el detonante de un proceso que hoy está en los juzgados y que ha implicado la dimisión de su presidente, Sandro Rosell. Las diferencias en las cantidades del fichaje del jugador brasileño levantaron las sospechas en un caso que pone de nuevo de manifiesto la importancia de la transparencia en las empresas.
Desde que en el mes de mayo el club blaugrana anunciara el principio de acuerdo con el jugador, mucho se ha especulado con el montante de la operación, la segunda más importante de esta temporada 2013-2014 en la Liga BBVA. Las cifras oficiales, aportadas por el club desde el primer momento, fueron 57 millones de euros. Sin embargo, no se tardó en señalar las abultadas comisiones que se firmaron en el contrato y que habrían incrementado notablemente la cantidad. Pese a ello, hubo silencio. Hasta la denuncia de un socio, admitida a trámite y que apuntaba a un delito de apropiación indebida.
El proceso judicial, que precipitó la marcha de Rosell, sigue su curso. Sin embargo, la nueva directiva se vio obligada a presentar todas las cifras de la operación. Anteriormente, alegaban que había una cláusula de confidencialidad acordada con el padre y agente del jugador y que fue la causa del silencio.
El pasado viernes se hizo ese ejercicio de transparencia obligada por las circunstancias. Sin la denuncia presentada en los juzgados por un socio del club no se hubiera sabido que de los 57 millones de euros, 40 correspondían a la indemnización de la empresa gestionada por los padres del jugador y 17 al pago al club de origen, el Santos brasileño.
Ese paso al frente del nuevo presidente, Josep Maria Bartomeu, en pos de la transparencia en el proceso se da muchos meses después de que comenzaran las especulaciones. Quizás llegue tarde. Si no había nada que esconder, ¿por qué no se levantó esa cláusula de confidencialidad antes? ¿Qué impedía dar a conocer a los socios y simpatizantes del club esas cifras? ¿No se hubieran evitado males mayores mostrando todos los detalles?
La causa judicial seguirá su curso. Sin embargo, la lección que se puede extraer de estos hechos es clara: la transparencia en la empresa evita muchos tropiezos y malos entendidos.
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