¿Comenzar la jornada laboral a las 6 o 7 de la mañana para aprovechar a pleno rendimiento toda la mañana? Seguro que algunos ceños se han fruncido al leerlo y han negado con la cabeza. Ellos no son ‘animales de mañana’, esos trabajadores que buscan la productividad, el pico de actividad y creatividad en las primeras horas de luz. Tanto esta forma de organizarse como la contraria tienen sus ventajas y sus inconvenientes.
La responsable de innovación social en Twitter, Claire Díaz-Ortiz, explicaba hace unos días en un artículo en la red social Linkedin por qué debíamos intentar ser una ‘Morning Person’, es decir, un ‘animal de mañana’. Habla de su experiencia personal y de esa ‘sensación’ de hacer mucho más cuando se despierta a las 5:30 pm pudiendo disfrutar del amanecer.
Antes de nada, debemos aclarar que esta elección sobre si aprovechar la luz o ser más productivos cuando el sol se ponga no está al alcance de todos. La organización de los horarios en España hace que esté, principalmente, dedicado a los profesionales independientes que tienen la capacidad (y libertad) para marcar las pautas principales de su organización.
Dicho esto, veamos las ventajas e inconvenientes que, para mí, tienen cada uno de los dos ‘modelos’. Por un lado está el ‘animal de mañana’, cuya organización de su jornada permite: más concentración, pues en esas primeras horas de la mañana reina la tranquilidad; más conciliación laboral-familiar; mayor sensación de avance en las tareas. Pero, en el otro lado están las dificultades: complicaciones para cuadrar la jornada con la de proveedores, compañeros...; un cambio de hábitos radical que se puede hacer muy cuesta arriba.
Al otro lado están esas personas que son más productivas y creativas cuando el sol desaparece. Esta modalidad tiene sus ventajas: la misma tranquilidad que los que madrugan de manera extrema; menos distracciones a través del correo electrónico o el teléfono móvil. Pero tiene complicaciones importantes: no implican hábitos saludables (se suele dormir poco y a horas intempestivas), difícil conciliar vida personal y profesional.
Como ocurre siempre con la productividad, esta es una cuestión de experiencias personales. Cada uno debe poner el acento durante la jornada laboral en el momento en el que crea que podrá explotar más sus cualidades y su capacidad. Sólo hay que probar y medir resultados.
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