En estos días muchos profesionales están comenzando sus vacaciones de verano, la época del año en la que mayoritariamente tomamos un descanso y aprovechamos para realizar todo aquello que por razones de agenda no podemos hacer durante todo el año.
Durante estas semanas todos deseamos no se interrumpidos por las llamadas cotidianas de trabajo, que en algunas ocasiones se derivan de la asunción de determinados problemas en nuestra ausencia, pero que también tienen lugar como consecuencia de dejar proyectos sin finalizar, al no documentar correctamente nuestras tareas, o al reclamarse alguna petición cuyo modo de resolución no hemos trasladado a ningún miembro del equipo.
Por tanto, si queremos evitar que se nos 'moleste' en nuestro período de vacaciones podemos hacer mucho. Ya que hasta en el 80% de los casos puede llegar a evitarse mediante una buena planificación.
Y por otro lado, también está el sentido común, ya que durante los meses previos deberíamos haber planificado las tareas con segundos responsables y con los correspondientes planes de contingencia, que tiene por objetivo romper el vínculo de personas y tareas, de manera que siempre existan al menos dos miembros del equipo que las conozcan, y así evitar momentos de tensión cuando su titular se tiene que ausentar de su puesto de trabajo por cualquier motivo.
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