Son historias apasionantes y motivadoras para quien se plantea poner en marcha su propio proyecto. Las de las grandes compañías que tuvieron sus orígenes en un garaje puede ser inspiradoras. Pero también dejan algunas lecciones que pueden ser interesantes. La fundamental: los resultados no llegarán el primer día.
Las historias de Google, Amazon, Microsoft o Apple han sido protagonistas de charlas, de artículos y de debates. Uno de los últimos es este publicado en la web Inc.com. Es, quizás, el paradigma del emprendedor hecho a sí mismo: sin recursos y desde cero construir un 'gigante'. Pero, no todo fue así. Lo que les ocurrió a Sergey Brin y Larry Page, Steve Jobs, Jeff Bezos o Bill Gates deja algunas enseñanzas.
Del dicho, al hecho... Se suele caer en el error de 'adorar' a la idea. De pensar que ésta debe ser única y protegida hasta el final. Como si ese proyecto no se le hubiera ocurrido a nadie más en el mundo. Las historias de estos gigantes sólo reflejan que pasar a la acción es uno de los ingredientes fundamentales. Que primero hay que construir algo para luego ir moldeándolo, adaptándolo y haciéndolo crecer. En el caso de Amazon, fue una primera librería que fue evolucionando. En el de Microsoft, un humilde programa que se instaló en el considerado primer ordenador personal. O en el de Hewlett-Packard, un aparato para mejorar el sonido que fue vendido a Walt Disney.
Los resultados no llegarán el primer día. Son compañías que cuentan en su haber con años de historia, de cambios, de triunfos... y de muchas dificultades. No fue un camino de rosas para ninguno. Jeff Bezos necesitó casi un lustro para alcanzar la velocidad de crucero Amazon, hoy un transatlántico. Walt y Roy Disney precisaron de muchos años para lograr el beneplácito de los inversores y crecer.
Pese a los inicios humildes, emprender cuesta dinero. El mito del garaje puede ser muy inspirador, pero se suele olvidar algo: por muy básico que sea el origen de un proyecto, éste siempre costará dinero. También en esos primeros pasos. Brin y Page recibieron un cheque de 100.000 dólares de manos del cofundador de Sun Microsystems para hacer crecer su idea en 1998. Un año después llegó la primera inyección de capital seria. Bezos tuvo que invertir 40.000 dólares para las primeras operaciones de compraventa en su portal.
Persistencia y evolución, la razón para mantenerse. Quien cree que un negocio rentable se construye rápido está equivocado. Persistir es, a la luz de las historias de estos proyectos de éxito, una de esas 'pócimas'. También, saber evolucionar y adaptarse a los tiempos.
Que el embrión de un proyecto naciera en un garaje, sólo otorga un aura especial a gigantes como Google, Amazon o Microsoft. Sus fundadores son únicos. Pero, detrás de toda esa literatura, están los ingredientes de siempre. Ni más ni menos.
En Pymes y Autónomos | ¿Ha de ser el garaje de Steve Jobs Patrimonio Tecnológico? Imagen | donjd2