Una de las cuestiones en las que antes se nota el frenazo de la economía es en el consumo. Rápidamente la mayoría de las personas empiezan a pensarse mucho más adquirir un bien o utilizar un servicio. Y según los datos de la Confederación española de Comercio se ha registrado de nuevo un crecimiento plano y se estanca el consumo tras un leve repunte en rebajas.
Las ventas se quedan con un crecimiento pírrico de un 0,3% interanual y pasado el tirón de las rebajas no existe crecimiento. Esto es un clavo más en el ataúd del pequeño comercio, que ya sufre una competencia despiadada de la venta por Internet y la oferta constante de las grandes superficies.
Y esto teniendo en cuenta que el pequeño comercio es uno de los sectores que más empleo genera. Por ello piden al nuevo ejecutivo que se ponga cuanto antes manos a la obra para impulsar las medidas que permitan reactivar el sector, muy castigado por la crisis y que no ha terminado de recuperarse del todo.
El sector necesita modernizarse en su gestión para hacer que sea más competitivo, pero también una mejor regulación de las campañas de rebajas y los descuentos constantes. Unos horarios más racionalizados que no impliquen estar abiertos 24x7 también sería de ayuda.
Por último una política que ayude a dar el relevo generacional, dado que uno de los problemas de los comercios y negocios tradicionales es que las nuevas generaciones ya no lo ven como un futuro rentable y el traspaso o el cierre es la mejor de las soluciones.
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