Con el encarecimiento del coste de la vida, y en especial de los carburantes y como consecuencia de estos, los medios de transporte, hay sectores que lo están pasando francamente mal, y que por si fuera poco están en el punto de mira de muchos usuarios que esperan a la mínima para verter sus quejas. Este es el caso de miles de autónomos en nuestro país, que son los que basan su negocio en la actividad del taxi.
El asunto ha vuelto a relucir recientemente por la multa que ha recibido un taxista de Sevilla por cobrar una tarifa abusiva a un cliente por un desplazamiento al aeropuerto de San Pablo, por incurrir en algunas 'faltas' en su atención, y por no proporcionar el ticket reglamentario al cliente que disfrutó del servicio.
Hechos como este solo ayudan a retroalimentar las quejas de muchos usuarios, empañando aún más la actuación de otros compañeros y la situación de un sector que no tiene pinta de mejorar a corto plazo. Aunque estoy de acuerdo en los taxistas, como cualquier otro profesional, siempre ha de esmerarse en el trato con el público, y que se deben castigar los comportamientos que se consideren abusivos. Creo que también se debe respetar la recíproca, porque también es cierto que muchos usuarios por hecho de que estamos en crisis se creen merecedores de todo, llegando al punto de ofender estos.
En el caso de este taxista que ha sido sancionado, comparto que se debe sancionar su actitud poco ejemplar por el bien de la reputación de la actividad, pero me da la sensación de que en muchas ocasiones, las acciones de empresarios y clientes no se evalúan con la misma vara de medir.
En Pymes y Autónomos | Autónomos taxistas chulos, autónomos con problemas
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