El video con el que arranca este post ha sido sumamente difundido en las últimas semana. En él Riley, una niña de 5 años, clama contra la manipulación empresarial de las mentes de los niños. Lamentablemente, lo que yo veo es una muestra clara de cómo algunos padres manipulan a sus hijos contras las empresas, llenando su cerebro de prejuicios antiempresariales (y luego así nos va en algunos países con las lamentables vocaciones emprendedoras).
Cualquier experto en marketing sabe que crear necesidades es sumamente complejo (por no decir imposible), que lo que funciona es detectar e incrementar las previamente existentes. A las empresas les da igual que las muñecas sean rosas, azules o verdiblancas. El único color que les interesa es el del dinero que van a ingresar por las mismas. Y si detectan que la mayoría de las niñas optan por muñecas rosas, centraran sus esfuerzos de marketing en las muñecas rosas.
Cabe preguntarse qué tipo de necesidad tiene el padre que alecciona a su pequeña de 5 años de este modo. Cabe pensar que tipo de sociedad es la que admite, con la guardia baja, los discursos de mercancía averiada que nos quieren colar a través de mensajeros tiernos.
¿Quién manipula a quién?
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