Cuando hablamos de networking siempre pensamos en un evento, una sala de reuniones, un vivero de empresas o un coworking donde nos juntamos con otros profesionales y podemos charlar sobre nuestros proyectos. Pero lo cierto es que desde hace mucho tiempo también se practica esta actividad utilizando el deporte como facilitador del networking.
Claro que no es un "elevator pich", no se limita a tener dos minutos para contarle a alguien nuestro proyecto. Por lo general se trata de trasladar la actividad que llevaríamos a cabo en una comida de negocios, en un encuentro con otros emprendedores a una actividad más deportiva. El ejemplo que durante años se ha utilizado ha sido el golf, donde de los recorridos por el campo junto a otros emprendedores han salido muchos acuerdos de negocio.
El paddel también ha tenido su momento, pero lo cierto es que el efecto red, que separa a ambos jugadores supone un leve inconveniente. Además hay que tener en cuenta que no se presta especialmente a la conversación por el ritmo del juego. Menos todavía otros deportes más explosivos como el squash, muy de moda en los años 90.
El running es una de las actividades más practicadas por los emprendedores. La tendencia creciente del llamado "wellness", sentirse bien con uno mismo, hacer algo de deporte como una forma de despejar la mente ha creado verdaderos fanáticos de esta actividad. Lo malo en este caso es que no siempre los emprendedores están en el mismo estado de forma y muchos prefieren realizar la salida en solitario, escuchando su música, como una forma también de organizar sus ideas.
Últimamente un deporte que está facilitando también mucho este tipo de conversaciones es el ciclismo, aunque quizás limitado a un segmento de edad más limitado. Pedalear durante un par de horas junto a otras personas nos da mucho margen para establecer relaciones comerciales, colaboraciones en proyectos o simplemente aprender de las experiencias de otros profesionales.
Además, como en el resto de deportes también hay un momento de tercer tiempo, donde la charla se traslada a una cafetería al finalizar la actividad física. Un momento de más reposo donde se pueden cerrar las citas o programar una reunión algo más formal para más adelante, pero el primer paso, el que facilita el networking ya está dado.
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