Lo que voy a decir puede parecer un poco salvaje o simplemente puede parecer chocante, pero mi mensaje a todos aquellos que ahora están desesperados o tienen una actitud completamente pesimista ante el futuro de su empresa, decirles que siempre y en todas las ocasiones hay oportunidades para el desarrollo y el crecimiento. Solo hay que estar atento y predispuesto a esperarlas. Me permito decir que en todos los momentos, en todos, incluso en la guerra, y en los momentos más desesperados de la existencia humana hay oportunidades para todos los que las saben buscar.
Solo hay que saber ver el lado positivo de las cosas y tener mentalidad de empresa y alma de camaleón, decisión y en todo caso una chispa de suerte. Pero incluso en una economía de guerra como decía puede haber oportunidades. Y de buen seguro que incluso en una catástrofe indeseable como esa y en unas condiciones tan duras habrá profesionales y empresarios que sabrán encontrar su nicho de mercado y su negocio apropiado.
Y digo todo ello para que los más pesimistas, para aquellos que se les viene el mundo encima vean que siempre hay solución, siempre hay oportunidades. Y además, nuestra eurozona, nuestra economía estará mal, muy mal, y se encuentra en uno de los momentos más bajos, pero sin duda no es una situación de guerra. Y es interesante pensar como incluso en situaciones mucho peores que las nuestras siempre se encuentran opciones.
A modo de ejemplo y reiterando lo indeseable de todas las catástrofes humanas, nos hemos de parar a pensar el porque de si gente y países en mucho peor estado que nosotros salen para adelante, nosotros nos quejamos tanto. No se trata de consolarse con eso de “siempre habrá alguien más pobre o peor que nosotros”, o de ver en ese lugar solo un lugar para nuestro crecimiento, se trata de ver que incluso de las peores situaciones se sale.
Si se puede aprovechar por ejemplo una guerra para hacer negocio con la reconstrucción del país, si se puede aprovechar una catástrofe natural para posteriormente dar unos servicios médicos que se tornaran imprescindibles, ¿porque no aprovechar una simple depresión económica para buscar nuestro hueco y nuestro espacio donde la realidad está dejando espacios interesantes? Con un añadido, después de la tempestad, siempre llega la calma, y después de una gran depresión, la gente está ávida de necesidades y de euforia, solo hay que saber estar allí para satisfacerlas.
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