Hoy es el día en el que el Gobierno en un Consejo de Ministros extraordinario acabará aprobando 7.000 millones en ayudas directas a pymes y autónomos del fondo anunciado de 11.000. El resto del dinero se destinará a reestructurar sus deudas, con 3.000 millones destinados a los créditos ICO y otro de 1.000 para la recapitalización de empresas medianas.
La puesta en marcha será rápida pero no inmediata. Es necesario desarrollar un esquema jurídico que garantice que estas ayudas directas se destinan al fin previsto. El objetivo es que se utilicen para pagar gastos fijos, como alquileres o suministros, de las empresas en dificultadas. Cumplen de esta manera con la demanda de muchos empresarios que indicaban que eran precisamente estos gastos fijos los que ahogaban su capacidad de resistencia.
Serán las comunidades autónomas las que canalicen las ayudas. Se ha optado por que sea una administración más cercana a las empresas, que conoce mejor que nadie qué empresas están pasando dificultades y en qué medidas las ayudas directas pueden ser el salvavidas de muchas pymes para lograr el objetivo de no destruir tejido productivo y empleo.
Además de este plan habrá una partida específica destinada a Baleares y Canarias, dos de las comunidades más afectadas por las medidas restrictivas en la movilidad y que han sufrido en ambos casos descensos del PIB por encima del 20%. Y ambas necesitan que sus empresas estén preparadas para reactivar una campaña de verano que todavía está en el aire.
Para acceder a estas ayudas las empresas tienen que demostrar que han sufrido una caída de ingresos por encima del 30% en su facturación. E irán destinadas a empresas solventes, evitando en la medida de lo posible que empresas zombis consuman unos recursos escasos y necesarios para la supervivencia de muchas empresas para que luego acaben por echar el cierre.
Habrá que esperar a la publicación en el BOE de lo que apruebe el Consejo de Ministros para conocer la letra pequeña y ver si por ejemplo estas ayudas tienen condicionalidad ligada al mantenimiento del empleo, por ejemplo. Con un poco de suerte esta inyección económica permitirá que no se siga destruyendo empleo, mantener abiertos muchas pequeñas empresas y lograr que aguanten hasta que se normalice la situación sanitaria. Esperemos que sea suficiente.