En Economía hay una disciplina que es la Economía del Fracaso que en lo últimos tiempos está generarndo gran interés y, por tanto, cobrando gran relevancia.
La razón no es otra en que estamos acostumbrados a estudiar casos de éxito, peor incluso quienes triunfan, cometen errores. En pocas palabras, tan importante es saber qué es lo que hay que hacer como ser consciente de lo que no.
Mucha gente no es consciente del poder de la negación, es decir, tener una perspectiva pesimista sobre aquello que se emprende se acaba impregnando de esa negatividad y acaba por convertirse en un esfuerzo estéril.
Por eso es importante impregnar nuestras acciones y nuestras relaciones de positividad y transmitirla a nuestro entorno para acabar generano un círculo virtuoso y eliminar cualquier reducto de círculo vicioso malsano.
Para lograrlo es importante es establecer una rutina que se adecúe a nuestras necesidades y nos transmita optimismo. Este "buen rollo" lo acabamos por contagiar a nuestro entorno y les invita a colabarorar en nuestros propios empeños.
Aunque parezca mentira, estas buenas actitudes se acaban transmitiendo a nuestro propio organismo que, por su bienestar, le promueve la generación de endorfinas, lo que afecta positivamente a nuestro estado de ánimo.
Imagen | Seeker of Guidance En Pymes y Autónomos | He fracasado una y otra vez, por eso tengo éxito, No fracasé, sólo descubrí 999 maneras de como no hacer una bombilla