La figura del falso autónomo es una de las lacras para el empleo en nuestro país. Muchas empresas contratan empleados que se dan de alta en el RETA, pero que por su relación laboral deberían estar en el Régimen General de la Seguridad Social. Si a las ventajas que supone la tarifa plana se une la inacción de la inspección, es terreno abonado para este fraude de ley.
Se calcula que los falsos autónomos suponen un total de 210.000 trabajadores. Un ejemplo es lo que ocurre en determinadas empresas mal llamadas de "economía colaborativa", donde los más jóvenes a pesar de estar obligados a cumplir horarios, acudir a su zona de trabajo o que la empresa imponga sus condiciones, trabajan como autónomos. La tarifa plana hace al principio más atractiva esta modalidad para ellos, pero a medida que pasan los meses y se acaban los incentivos se dan cuenta de la realidad.
Ni siquiera muchos de ellos aparecerán como TRADE, autónomos económicamente dependientes en su facturación de una sola empresa, cuyo número no supone más de 10.000 en toda España. A pesar del anuncio de más inspecciones, lo cierto es que su número ha caído en picado en 2017.
Hay una falta de medios evidente, esperemos que no sea una falta de interés, ya que todos estos falsos autónomos engordan las estadísticas del sector, de la contratación, bajan el paro o hacen que la tarifa plana para los autónomos se venda como un éxito en la creación de empleo.
Lo cierto es que la Seguridad Social ha realizado en lo que va de año 887 inspecciones, aunque se ha prometido que durante 2018 la situación va a cambiar y se intensificarán las visitas a las empresas para revisar que cada empleado esté contratado en el régimen que le corresponda. Esperemos que empiecen por muchas de estas nuevas startup que basan su modelo de negocio, al menos en parte, en trasladar los costes laborales a los empleados.
En Pymes y Autónomos | Los falsos autónomos y las falsas sociedades no eliminan los derechos laborales
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